La mujer puede seguir
mostrándose como adulta y sensual pero ya el estereotipo provocativo no es
aceptado. Se le exigía a la mujer valorarse a sí misma, trabajar y salir
adelante, dejando a la belleza como una prioridad casi de segundo plano, aunque esto no fue un impedimento para que la mujer deje de buscar verse bella.
Hablamos de una época difícil porque es un periodo de guerra donde se importaba poca materia prima en el ámbito de los
cosméticos especialmente.
La mujer ya no se veía tan recargada de maquillaje
como antes aunque no dejaron de hacerlo, más bien buscaron métodos alternativos.
Usaban betún de botas para sustituir el rimel y pintarse las cejas, y pétalos de rosas y cintas sumergidas en vino rojo para usarlo como colorete.
Usaban betún de botas para sustituir el rimel y pintarse las cejas, y pétalos de rosas y cintas sumergidas en vino rojo para usarlo como colorete.
El cabello se utiliza un
poco más largo que antes, logrando que esta se muestre más femenina junto con
algún sombrero pequeño.
El traje con cinturón era
muy común en la época y la mujer se podía mostrar más femenina y sofisticada.



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